Testimonios
El Centro de Illinois contra Envenenamiento ha ayudado a innumerables vidas. Nos complace escuchar a médicos, padres y educadores hablar sobre el impacto positivo que tiene el IPC en tantas personas: pacientes, estudiantes e individuos que lo solicitan para sí mismos o para sus seres queridos. Haga clic aquí si desea compartir su experiencia con IPC.
Cápsula de lavavajillas
"Mi hija de 3 años encontró una cápsula de lavavajillas que debió haberse caído al suelo. La escuché respirar con dificultad y le pregunté si estaba bien. Inmediatamente, empezó a llorar y, cuando corrí hacia ella, le vi la cara, la ropa y el suelo cubiertos de una sustancia viscosa de color azul. Tenía esa sustancia alrededor de la boca y de la nariz, pero yo no estaba segura de cuánto había ingerido. Intenté hacerla vomitar.
Aunque parecía estar bien, de repente rompía en llanto. Sin saber qué hacer, busqué en Internet "cápsulas para lavavajillas y niños pequeños", y apareció el Centro de Illinois contra Envenenamiento. Llamé y en 30 segundos estaba hablando por teléfono con una especialista certificada en información sobre envenenamiento. Le describí la situación y le dije que estaba tratando de hacer vomitar a mi hija, y la especialista me dijo que no lo hiciera porque podría causarle más trauma.
Me dijo, en cambio, que la vigilara, me dio una lista de situaciones que debía tener cuenta y me dijo que volviera a llamar en una hora. Mi hija parecía estar bien y no tuvo ningún efecto secundario. Le agradecí a la especialista por toda su ayuda mientras lloraba. Ella me aseguró que no era la única madre que había llamado por este producto y me recordó que los niños tienen curiosidad. La especialista incluso me llamó varias horas más tarde para controlar a mi hija por última vez, antes de que terminara su turno". - Mariza
Medicamento de venta libre
"Mientras visitaba a un familiar en Illinois, mi hijo pequeño salió de la cocina, me dio un frasco de medicamentos para dormir de venta libre y dijo: '¡Mamá, picante!'. El frasco estaba sin la tapa y había píldoras de gel que habrían sido fáciles de tragar. No tenía idea de si había tragado alguna.
Llamé al Centro de Illinois contra Envenenamiento. Tomaron nota de la información que les dimos e hicieron preguntas sobre su peso y comportamiento. Me explicaron qué sucedería en caso de que hubiera tomado una dosis normal y qué sucedería en caso de que hubiera tomado más. Supe a qué debía prestarle atención y pude vigilarlo. Desde el Centro de Illinois contra Envenenamiento me hicieron seguimiento durante todo el día y, al recordar que un niño pequeño tiene un momento de siesta, me explicaron que no tendría que saltarse la siesta porque, en ese caso, veríamos signos de una sobredosis.
Me dio tranquilidad y fue muy agradable que una persona tranquila, segura y sin prejuicios nos guiara en esta situación. De lo contrario, dado que mi hijo no está vacunado contra el COVID-19, podría haberlo dejado en casa, podría haber buscado en Internet, podría haber salteado su siesta y haber pasado el día estresado por no ir al servicio de urgencias o me hubiese sentido estresado por exponerlo potencialmente al COVID-19 si lo llevaba al servicio de urgencias.
Quiero agradecer al Centro de Illinois contra Envenenamiento por ser tan increíble. Todos los grupos para padres de mis redes sociales están llenos de historias sobre lo maravilloso que es el Centro de Illinois contra Envenenamiento y las personas maravillosas y amables que nos ayudan cuando entramos en pánico y estamos asustados. Valoro mucho el Centro de Illinois contra Envenenamiento y me siento muy afortunado de que estuviera para ayudarme". R. Thompson,